El equipo de Ramón Díaz venció a Boca 2 a 1 con los goles de
Manuel Lanzini y Ramiro Funes Mori, obtuvo un triunfo como visitante después de
nueve partidos y quedó a sólo un punto del líder del Torneo Final 2014, Colón
de Santa Fe.
Lejos estuvo el Millonario de mostrar su mejor versión, de
hecho, los locales mostraron un mejor nivel y tuvieron las oportunidades más
nítidas, pero River pudo pegar en los momentos juntos para llevarse los tres
puntos. Es insoslayable la pobre labor del árbitro mundialista Néstor Pitana
quien fue en jugadas claves falló con sus determinaciones.

Boca pudo haber sido quien se llevase la ventaja al
entretiempo, principalmente en los primeros 25 minutos, luego de intentos
fallidos de Juan Manuel Martínez y Emmanuel Gigliotti, en los que Marcelo
Barovero siempre respondió de manera certera. De River se vio muy poco, salvo algunas
insinuaciones de Teófilo Gutiérrez y Manuel Lanzini que no causaron daño, al
conjunto de Ramón Díaz se lo veía dubitativo y nervioso.
En el segundo tiempo, el Millonario comenzó a animarse más,
empezó a utilizar el recurso de la media distancia (sin mucho éxito) y se
afirmó en el mediocampo por medio de Lanzini que comenzó a proyectarse más y de
Cristian Ledesma que se repuso en la batalla ante Fernando Gago. A través del joven
mediapunta a los 57, River se puso en ventaja luego de una combinación
colombiana entre Éder Álvarez Balanta, Carlos Carbonero y Teófilo Gutiérrez –un
pasito adelantado-, que terminó en su pie derecho y posteriormente en la red.

En la previa del superclásico, los jugadores de River habían
visto un video motivacional donde entre otras frases el locutor gritaba “Hoy
serán once hinchas contra miles, conviertan gritos en silencio, ¡hagan temblar
a La Bombonera!” Y así fue, como el año pasado los futbolistas de Boca
festejaron ante la tristeza de 60 mil en el Monumental, el elenco de Ramón Díaz
se tomó revancha y sueña con la 33° vuelta olímpica. ¿Por qué no?
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