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Canción de Cancha

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lunes, 12 de mayo de 2014

A un paso de la gloria

River derrotó 2 a 0 a Argentinos Juniors en La Paternal y el sueño de volver a salir campeón tras seis años está cada vez más cerca. El Millonario jugó mal, pero en el segundo tiempo pudo sacar adelante un partido que parecía mucho más sencillo en la previa.
La derrota de Gimnasia ante Quilmes dejó horas antes del partido a River en una situación inmejorable. El conjunto de Ramón Díaz si ganaba dependería absolutamente de sí mismo ante un equipo que ya había alcanzado su meta y llegaría relajado. Sin embargo, todo pareció más complicado que lo esperado.
En el inicio del primer tiempo River se lanzó con todo hacia la punta. Apenas a los cinco minutos, Daniel Villalva tuvo una gran combinación con Fernando Cavenaghi, pero definió con poca fuerza ya sin la oposición del arquero y Diego Barisone salvó providencialmente al Bicho. Sin embargo, con el paso de los minutos, el equipo de Ramón Díaz se comenzó a mostrar cada vez más impreciso ante un rival que esperaba su momento para contraatacar. No aparecía Carlos Carbonero, el Torito quedaba en offside permanentemente y el Keko no podía desbordar, por lo que Manuel Lanzini trató en más de una oportunidad ingeniárselas con una individualidad, que poco peligro pudieron generar. Así se iba el primer tiempo, sin pena ni gloria. River estaba muy tibio y no tenía ese empuje necesario para un equipo que quiere ser campeón.
Peor comenzaría la segunda parte para River, en la que se vería el mejor segmento de Argentinos Juniors. No era algo avasallante ni mucho menos, pero hizo preocupar a más de un hincha Millonario. Primero con el control de la pelota, que la manejaba con tranquilidad por el hecho de no estar presionado a jugar por un resultado y después con Leonardo Pisculichi, que intentó de muy lejos convertir lo que hubiera sido uno de los mejores goles del año, pero Marcelo Barovero demostró por qué estaba nuevamente en el arco del conjunto de Ramón Díaz.
Párrafo aparte merece la actuación de Mauro Vigliano, que dejó que se sujetaran todos en las áreas en cada pelota parada y que dejó pasar algunos penales muy claros, como el de Walter Serrano a Carbonero y el de Matías Kranevitter a Pisculichi.
Recién a los 70 minutos llegó la apertura del marcador, luego de un magnífico tiro libre de Lanzini, apareció Gabriel Mercado para aliviar a todo el pueblo riverplatense. Argentinos se desmoronó rápidamente, se quedó sin ideas y llegó el golpe de knock out. Teófilo Gutiérrez, que había ingresado por Villalva minutos antes, aprovechó una mala salida del fondo del conjunto de Claudio Borghi para ponerle cifras definitivas al asunto.
En un torneo de nivel pobre, River no desentonó con el resto. La gran diferencia con el resto fue lo fuerte que se hizo de local, mientras el resto divaga en la irregularidad. A pesar de no convencer con el juego, el paladar negro se hizo a un lado, porque el Millonario tiene la gran chance de volver a dar una vuelta olímpica tras cinco años.

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