A fines del año 1978, luego de la despedida del grupo
Aquelarre , dos de sus miembros, Héctor Starc (Guitarra) y Rodolfo García
(Batería), quienes ya se habían estado presentando juntos, deciden consolidar
una nueva banda uniéndose al ex-Invisible Machi Rufino (Bajo). Para su primer
disco, el trio contó con dos tecladistas invitados: Lito Vitale y Leo
Sujatovich; dando fruto así, a 40 min de pura buena música.
Los acordes imponentes y la energía precisa y elemental son
la raíz del grupo, que no dejaba la fuerza del rock de lado. Así, tema tras tema, la música, principalmente
instrumental, te traslada a otra dimensión distinta, en la cual uno puede darse cuenta del verdadero “alto
nivel” musical que puede desarrollar una banda.
Según Héctor Starc «(El disco) no tuvo ninguna repercusión
porque la música instrumental acá nunca pegó» (E. Avalos, pág. 120). Entonces,
podríamos decir que, fue por eso que, luego de su primer long play, el grupo entra en una pausa, durante la cual, Rodolfo García
participa del regreso de "Almendra" y Héctor Starc se dedica al
sonido.
En 1981, García y Starc retoman la idea del grupo e
incorporan a Babú Cerviño y Marcelo Torres. Con esa formación se presentan en el
B.A.Rock del 82’, agregándole, al
festival, un ingrediente especial: nada menos que un elefante de seis toneladas
parado en dos patas en el medio del público. «Esa fue una idea de Oscar López,
nuestro productor», rememora Héctor Starc, «¡Nosotros no sabíamos nada!
Estábamos tocando y de repente vemos que entra semejante animal. Para nosotros
fue una cagada, porque automáticamente la gente dejó de darle bola a la banda»,
recordaba entre risas en una nota de la Rolling
Stone.
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