
En el segundo tiempo, Boca se hizo mas dueño de la mitad de la cancha y pudo aprovechar mas la creatividad de Riquelme, que nuevamente aguantó los 90 minutos. Romagnoli, quien hasta ese momento era la figura del partido, ya que había producido contra ataques rápidos y claros, le proporcionó una patada infantil a Nico Colazzo, y terminó con la primer roja en 200 partidos. Ahora bien, a partir de este momento, Boca arriesgo con un punta mas, con el ingreso de Acosta por Grana, y avanzó unos metros. Los cuervos esperaron atrás y pudieron cerrarse y jugar a la contra.
En tiempo de descuento, Ortigoza se ganó la segunda amarilla por una patada de atrás a Insúa. Boca pudo adelantarse aun más en metros, pero no en superioridad técnica. Ningún equipo fue claro, y el empate fue justo. Al Xeneixe le falto jerarquía para definirlo, y lo tuvo en reiteradas oportunidades al final del partido, pero no pudo concretar. Ahora, hay que poner paños fríos. El campeonato no quedó muy cómodo y Boca debe quedar con la mayor cantidad de puntos posibles para la Sudamericana.
Pero como bien dijo el lateral izquierdo el domingo pasado: "Hasta que las matemáticas den...". Que así sea entonces.
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